¡¡¡¡¡TARTA CRUJIENTE DE QUESO!!!!!
Hoy una tarta maravillosa, fina y llena de calcio. Con una presentación que ¡¡YA!! he utilizado en alguna ocasión como ¡¡ESTA!! y que tan bonitas quedan. Son un poco delicadas de preparar, las hojas de pasta filo tenemos que trabajarlas muy rápido para que no se sequen y untarlas bien de mantequilla. Una vez que lo hacemos la primera vez....luego ya le pillamos el punto y tendremos unos resultados como este o mejores. La tarta de queso que lleva dentro hace mucho tiempo que la preparo en casa y nos gusta mucho, es de este blog al que tengo mucho cariño y respeto. Pero podéis hacer la que mas os guste, eso si....sin base de galletas.
1 molde desmontable redondo de 20cm al que ponemos una hoja de papel de horno pillada en la base, cerrando el aro después.
Ingredientes.
- 1 paquete de masa filo, usaremos todas las hojas
- 80 g de mantequilla fundida, aromatizada con agua de azahar, rosas, limón o lo que mas os guste. Eso le dará un toque mas suave y como dice Isabel de Aliter Dulcia....un sabor a árabe.
- 1/2 kilo de queso fresco philadelphia
- 125 g de azúcar glasé
- 1/2 limón exprimido
- 1/2 cucharada de pasta de vainilla
- 100 g de nata para montar
- 2 huevos pequeños
- 100 g de leche condensada
- Una y media cucharada de harina de trigo
Preparamos la crema lo primero.
Batimos el queso, azúcar, huevos, zumo de limón, vainilla, nata, leche condensada.
Intentaremos no batir muy fuerte ni mucho tiempo para no introducir demasiado aire, en este caso no se notaría pero normalmente ese detalle es el que muchas veces hace que se nos agrieten por la parte de arriba las tartas de queso. Cuando veamos que la masa esta sin grumos ( si quedan algunos los quitamos con las varillas de mano) echamos la harina y movemos con varillas de mano de abajo hacia arriba, tendremos nuestra crema lisa y lista, reservamos.
Abrimos la pasta filo y veremos que contiene hojas muy finas, las dejamos como vienen sin despegar, simplemente las desenrollamos. Ya tendremos la mantequilla derretida en el microondas y preparada con una brocha. Dentro de la mantequilla es donde si os gusta echamos un poquito de agua de azahar o de rosas o el aroma que mas os gusta.
Empezamos untando mantequilla suficiente con la brocha a la primera capa de pasta, la ponemos por todos los sitios y sin escatimar. La cogemos con mucho cuidado, teniendo en cuenta de coger solo la que tiene la mantequilla. La ponemos dentro del molde dejando los picos fuera. Volvemos a hacer lo mismo. Seguimos untando mantequilla y poniendo capas pero esta vez las pondremos contrapeadas de forma que los picos queden desiguales. Así hasta que solo nos quede una hoja. Esta última después de poner la mantequilla la doblamos y ponemos en el fondo encima de las que tenemos puestas para hacer de base.
Echamos la crema dentro y vamos cerrando con los picos que teníamos sobresaliendo, les vamos añadiendo un poco de mantequilla con la brocha, ya que por debajo no tenían. Los últimos los dejamos en forma de picos y metemos al horno precalentado a 180º arriba y abajo unos 50 minutos. Si vemos que se nos empiezan a dorar mucho los picos de la masa les pondremos con cuidado de no romperlos un poco de papel de aluminio por encima. Apagamos el horno y la dejamos unos 20 minutos mas sin temperatura y sin quitar el aluminio de por encima.
La sacamos del horno y dejamos enfriar. A la hora de presentarla, la quitamos el aro con sumo cuidado de no romper sus finas capas las cuales deben estar crujientes.
No es muy complicado, solo tener cuidado de darnos prisa a la hora de dar la mantequilla e ir poniendo las hojas en el molde.
La crema ya veis que es muy fácil de preparar. Su resultado es una tarta de queso exquisita, y una presentación especial. La ponemos azúcar glasé por encima.
Aquí la tenéis, preciosa y muy buena. Espero que os guste y si es así me lo hagáis saber. Muchas gracias, besos y hasta siempre.
ISA